Tristemente la otra noche

Del álbum de mis recuerdos,

De ese archivo que conservo

Hoy saqué esta conclusión;

Que vivía equivocado

Con la imagen de mi sueño,

Y que ya no era el dueño

De su ingrato corazón.

 

Amargado por la vida

Entre mil cavilaciones,

Comprendí que no haría

Como todos los demás;

Que entre farras y corridas

Se ven pasar por las noches,

Disfrazados de fantoches

Tan sólo, por un percal.

 

No es alarde de grandeza

Yo no voy a maldecirla,

La quise como a mi madre

Pero ella me abandonó;

Como no puedo olvidarla

Lo confieso con franqueza,

Si mala ha sido mi suerte

La culpa la tuve yo.

 

Testo: Enrique Quinteros
Musica: Carlos Mayel  (José Luis Anastasio)

 

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