Y era joven, bella y seductora,

Su madrecita la cuidaba con primor,

En el barrio todos la querían

Por su bondad y por su trato encantador.

Hasta que un magnate forastero

En regio auto, una vez se le acercó,

Le habló de joyas, de fiestas y de coches

Volvió dos o tres noches y al fin se la llevó.

 

Supo la madre

Que la llora como muerta,

Pues bien sabe que a su puerta

No podrá ya retornar.

Nadie comprende

Su inmenso sufrimiento,

No tienen sentimientos

No saben perdonar.

 

Fue rudo el golpe

Para aquella madre buena,

Y tan grande fue su pena

Que muy pronto sucumbió.

Dios justiciero

Con gran benevolencia,

Demostrando su clemencia

Puso fin a su dolor.

 

Y era buena… triste fue su sino

Se ha resignado, aunque muy grande es su dolor,

Pues comprende que era su destino

Haber seguido aquel infame seductor.

Pues el hombre que le prometiera

Miles de cosas, que nunca jamás cumplió,

Mostró muy pronto, su corazón de hiena

Y a la muchacha buena, aquel, la abandonó.

 

Testo e Musica: Virgilio Ramón Carmona

IN ATTESA DEL BRANO.

Vi invitiamo all'ascolto di quest'altro brano del Maestro Virgilio Ramón Carmona.

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