Milonga, mi amiga milonga
Dejá quieto el corazón de esa muchacha,
Ella es buena, sencilla y humilde
Tu maligno influjo, la puede tentar.
Milonga, yo sé que la pobre
Es el único sostén de una viejita,
¡No!, No la ciegues pobrecita
Con tu luz que alumbra el mal.
Ella ignora de placeres cotizados,
Ella cree que el amor es puro y santo,
Ama y vive la honradez de su trabajo
Ella es buena, blanca y pura como el pan.
Vos andate, con las otras pecadoras
Pobrecitas mariposas alocadas,
Que una noche te siguieron fascinadas
Y en la nada se perdieron,
Sepultadas para siempre
Y sin la mano de Dios.
Sollozas, mi amiga milonga
Sensiblera igual que yo, tenés el alma,
Cuando llegue decir tus notas
La derrota de su estéril corazón.
Milonga, verás cómo corre
Por las calles, pronunciado a flor de labio,
Como un canto al viejo barrio
Que tu luz menospreció.
Testo: Elías Santiago Wainer Musica: Jaime Vila e Jorge Vidal (Orlando Vidal) Registrato da Jorge Vidal con l'accompagnamento delle chitarre di Jaime Vila (etichetta Pampa Nº 14.021). In attesa del brano.