Cuando tuve toda la certeza
Que tus pasos se alejaban para nunca más volver,
Una sensación de desamparo
Deambulaba por mi sangre y era hielo por doquier.
Luego me quedé mirando el suelo,
Del silencio, me llegaron los sonidos de tu voz,
Sorda realidad de un cruel vacío y sin ti
No atino a comprender, qué debo hacer.
Y tú…
Qué piel hoy te visita y yo no estoy.
Y yo…
Buscando casi ciego en derredor,
Entre la gente, como un perro abandonado
Desesperado, con mi corazón burlado.
Sin paz…
Sin lágrimas ni ganas de llorar,
Viviendo con deseos de morir.
Por todo el tiempo que me queda de esta vida
Sólo sé que sos mi herida,
Y me tienes en tu cárcel
Hasta mi final.
Duelen todas mis eternidades
Sin los ojos que ayer mismo, me invitaron a soñar,
Esos, que miraron tiernamente
Y dejaron, inclementes, esta horrible soledad.
Sólo por tu amor le grito al cielo
No me quedan más pañuelos ni más llanto que secar,
En mi sangre llevo, como un virus, este amor
Amor mezcla de cielo y maldición.
Testo: Oscar Vázquez Musica: Juan Antonio Morteo