No me vengan con el cuento
Que reniego del suburbio,
Soy el tango, fiel esencia
Del sentir del arrabal.
Que hoy les dice estar cansado
De vestir los pajes turbios,
Del farol, la puñalada
El bulín y el hospital.
Cuando no se muere el pibe
Es la madre una veleta,
No hay que decirle a la vieja
Que el muchacho no da más.
Me fabrican argumentos
Con ribetes de opereta,
Y hasta canto en italiano
Yo, que he nacido zorzal.
¡Oh, poetas!, Yo protesto
Qué les parece si un día,
Archivan las historietas
Con que me llevan marcao.
O se creen que hacer un tango
Es rimar “rango” con “fango”,
Y meterme en un fandango
Del que soy siempre el finao.
No, muchachos, yo protesto
Por querer seguir los bríos
De los hospitales fríos
La cárcel y el bodegón.
Con tanto merengue chino
Van a hacer que el mundo crea,
Que la guerra de Corea
La hice yo y el bandoneón.
Que me escuchen los que quieran
Son consejos de un amigo,
No es secreto para nadie
El dolor mueve a pensar.
Sé que las horas más dulces
Llevan un pesar consigo,
Y que muchas veces ríen
Los que tienen que llorar.
Pero basta de amarguras
Que al dolor nadie se rinda,
Y lloremos ese mundo
De la infamia y la traición.
A la vida hay que cantarle
Cosas buenas, cosas lindas,
Que en la luz del optimismo
Se vive mucho mejor.
Testo: Leonardo Cerisola Musica: Manuel Ceferino Flores e Héctor Palacios (Héctor Eloy Eguía Palacios) Registrato da Héctor Palacios con accompagnamento di chitarre. (testo estratto dalla registrazione)