De un mundo de santos
Dios quiso legarme,
Un ángel divino
Virtuoso y amado;
Un ángel hermoso
Para que me guíe,
¿Por qué seré bueno?
¿Por qué seré malo?
Lo cierto es que llevo
Su imagen bendita,
Jugando dulzona
En mi pensamiento;
Tan sólo un instante
De mí no se aparta,
Su voz cariñosa
Por doquier la siento…
Yo tengo una novia
Eterna y sincera,
Si son de sus labios,
No hay besos más grandes;
Si tardo en la cita
Sonriente me espera…
Besando mi frente
Porque llegué tarde.
Yo tengo una novia
No hay otra más buena,
Más noble y más pura
Jamás va a engañarme;
Por ella gustoso
Daría mi vida,
Porque ella no miente
¡Porque ella es mi madre!…
Que digan los sabios
Si hay algo más bello,
Si hay algo en la vida
Que empañe sus galas;
Dichoso de aquel
Que llorando un quebranto,
Encuentre reparo
Al calor de sus alas…
¡Oh, madre querida
tu nombre venero!
Sin él, cuántos hijos
Perdieron el rumbo;
Con él, dos amantes
Se dicen: “Te quiero”,
Con él, en los labios
Se deja este mundo…
Testo : Héctor Marcó (Héctor Domingo Marcolongo) Musica : Diego Centeno (Diego José Centeno) e Rosendo Pesoa Registrato da Alberto Margal con accompagnamento di chitarre (completo). Registrato dall'orchestra di Angel D´Agostino con la voce di Angel Vargas. (estribillo).