Madre de mi alma, siempre llorando
Recuerdo el beso de tu querer,
El beso santo, que rebosando
De amor y vida me diste ayer.
Placer y gloria, dulce sonrisa
Tierno murmullo me dio tu amor,
Hoy solo juego con las cenizas
De aquellas flores de tu verdor.
¡Oh!, Madre mía, qué mundo bello
Entre tus brazos siempre soñé,
Hoy triste vago con fatal sello
Por negra senda yo seguiré.
Madre, mis noches de crueles horas
Veo el retrato de nuestro ayer,
Y al ver doradas, bellas auroras
Que hoy son oscuras, no sé qué hacer.
Triste, recuerdo, cuando era niño
Tras de la flores corriendo fui,
Y entre las rosas con gran cariño
Mi tierno beso, madre, te di.
Hoy todo ha muerto, todo ha cambiado
Triste recuerdo, horas de amor,
Tú abandonada, yo abandonado
Tú agonizando, muriendo yo.
Yo soy la sombra que va de errante
Por la pampa mustia y sin flor,
Tú eres la madre, que delirando
Llorando logra darme dolor.
El cruel destino, madre de mi alma
Que nos separa sin compasión,
Tú siempre lloras sin hallar calma
Yo tengo muerto ya el corazón…
Testo e Musica : Agustín Magaldi e Pedro Noda (Pedro Hipólito Noda) Registrato dal duo Magaldi – Noda con accompagnamento di chitarre. (Etichetta RCA, 16-02-1928) (Testo ottenuto dalla registrazione) (Collaborazione dell'amico Amado Lafuente. 08-2011)